
Como os venía diciendo, siempre me he considerado una experta en materia sexual. Tengo una vida sexual muy activa y ya iba siendo hora de compartir mis experiencias para que otras personas las aprovechen y disfruten del sexo tanto como lo hago yo. El caso es que después de contaros con todo lujo de detalles como me lo monto yo cuando quiero excitar mi clítoris y conseguir así un orgasmo de lo más intenso y placentero, ha llegado el momento de explicaros todo lo que disfruto cuando además de hacerme un dedo desde la intimidad de mi propio hogar, juego con mi culito hasta dilatarlo a tope y recibir así doble placer por delante y por detrás.
Para muchas chicas, el hecho de practicar sexo anal es un tema tabú y no quieren ni oír hablar de ello. No obstante, yo animo a todas esas mujeres indecisas que siempre han soñado con que un hombre les folle bien fuerte por la puerta de atrás, a que se tiren a la piscina y descubran que este tipo de penetración puede ser tanto o más placentera que la clásica penetración vaginal. Además, si sabes montártelo bien, puedes masturbarte a tu ritmo mientras te follan por detrás. Una verdadera delicia que, a la que le coges el gusto, ya no podrás parar de practicar a todas horas.
Siempre es importante a la hora de practicar la penetración anal armarse con buenas dosis de paciencia y de lubricante. Recuerda que lo importante es pasarlo bien en la cama y no sentir dolor y molestias típicas de este tipo de posición sexual siempre que no se le dedique el tiempo necesario a dilatar el ano, lubricarlo y facilitar así la follada anal. Esta parte es de vital importancia, teniendo que dedicarle todo el tiempo necesario hasta que la chica que vaya a ser desvirgada por el culo se sienta lo suficientemente cómoda y relajada como para no cerrar el agujero del culo y sentir el placer dentro de su propio cuerpo.
Lo dicho, una vez que ya os estén empalando por detrás, tendrás libertad total para tocarte el coño a dos manos. Los mejores orgasmos de toda mi vida los he disfrutado cuando me han dado bien duro por culo. Incluso en más de una ocasión he llegado a correrme y a expulsar flujo vaginal por mi coñito, de tanto gusto que me estaba entrando. Mi chocho parecía un aspersor dispuesto a mojar todo lo que se le pusiera por delante. Con esto, conseguía lubricarme aún más y que mi clítoris reaccionara poniéndose durito y juguetón. También he llegado a enlazar un orgasmo detrás del otro, siendo el próximo mucho más intenso y vibrante que el anterior. Mi cuerpo se estremece de placer, arqueando la espalda y sumiéndome en una espiral de vicio y lujuria sin precedentes.
Espero que mi descripción os haya servido para esclarecer algunas dudas y tabúes con el tema del sexo anal, y que en un futuro próximo os atreváis a ponerlo en práctica de un modo divertido y seguro.
- Compartir
-
-